La Europa justiciera.

El pasado 20 de octubre murió Muamar el Gadafi, de una forma un tanto sospechosa, sin recibir un juicio justo ni destapar de esta manera las ilegalidades de su proceso.
Europa siempre nos ha vendido una cara diferente de la moneda. Los europeos no somos como los americanos, nosotros respetamos los derechos humanos y sociales y no pisamos a los demás.
Todo esto es lo que, al menos, nos intentan vender. Si preguntas a la mayoría de la gente lo que le parece esta muerte se les llenará la boca diciendo que era un dictador cruento y que se lo merecía. Pero, no nos engañemos, ¿que hay de ese doble rasero por el que se mide de forma distinta a unos gobernantes u otros?.

En mi opinión, Gadafi no era un santo pero la potestad que tiene un país para irrumpir en el gobierno de otro es muy cuestionable. En el momento que se violan derechos fundamentales entramos como justicieros a poner orden en ese país, pero en verdad lo que nos mueve son intereses que, en la actualidad, ni se intentan disimular.
La mayoría de los informativos nos venden la imagen de pueblo oprimido y de que ahora todo les irá mejor pero, en el caso de Libia, dudo mucho que la cosa se de así.
Con Gadafi Libia se ha convertido en la región africana con mayor PIB y la población se ha visto favorecida por los beneficios del petróleo. Instaurar la igualdad de la mujer ha sido uno de sus puntos fuertes desafiando así al resto del mundo musulmán.
El nuevo líder libio Mustafa Abdul Jalil ha anunciado recientemente que vuelve la Sharia (ley musulmana), la imposición del velo a las mujeres e instaura la poligamia.
Entonces ¿estamos ante un pueblo libio más feliz?. Yo, la verdad, que lo dudo mucho.
Repito que Gadafi no merecía el poder y ha cometido asesinatos en su pueblo y sospechas colaboraciones con insurgentes y grupos terroristas (ETA entre ellos), pero su sustituto en la actualidad no parece muy dispuesto a abogar por esa democracia que su pueblo pide a gritos.
Siempre hemos sigo amigos del Gadafi pero ahora nos importa dominar su petróleo y en ese momento las amistades pierden su sentido.

En Guinea Ecuatorial la situación de represión es escandalosa. Teodoro Obiang Nguema Mbasogo somete a su pueblo a un régimen totalmente dictatorial en el que el respeto por los derechos humanos brilla por su ausencia pero, no muy atrás quedan los viajes de Bono y Moratinos para afianzar las relaciones con su país, ¿no tiene nada que ver con que sus explotaciones petrolíferas pertenezcan a Repsol? cuando se trata de beneficios miramos a otro lado y nadie levanta la voz hablando por su pueblo.

Otro caso claro es el de Siria con Al-Assad que esta masacrando a su pueblo pero como allí no hay petróleo parece que a Europa le importa poco.

Uno de los casos que más me llama la atención es el de Islom Abdug‘aniyevich Karimov en Uzbekistán en el que su hija Gulnara Karimova es una modelo, cantante y diseñadora de moda, embajadora de Uzbekistán es España.

Se ha convertido en toda una celebrity que se pasea a su gusto por las mejores fiestas de Nueva York, París o Madrid (suele vérsela por el Barrio de Salamanca).
La hija de un tirano ha conseguido ser una mujer independiente y ejemplo a seguir gracias a los tejemanejes de su padre. Es curioso como esta mujer es una fiel defensora de los derechos humanos en distintas organizaciones cuando es su país se saca a los niños de la escuela para hacerlos trabajar forzosamente en las cosechas del algodón.

Lo que vengo a decir con todo esto, es que nos venden la maldad de unos pocos y ante otros nos arrastramos o, peor aún, somos amigos hasta que deja de interesarnos.
¿Es que acaso China no es un claro ejemplo de falta de libertad?.
Tenemos que saber ver más allá de lo que nos muestran a simple vista porque lo que nos dan masticado los medios de comunicación es una verdad a medias que, muchas veces es peor que una mentira.